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La Memoria de la Tierra

La Dehesa de Abajo, La Fuente de los Santos, La Dehesilla, La Cañada de las Cruces, El Romeralazo, La Herrá, El Altillo, El Cachorro, la Taina de los Frailes, El Chillarón, Las Devanaderas, Los Calderones, El Talayo, …

Son nombres del escenario de la vida de las gentes de Almodóvar del Pinar. Un escenario lleno de saberes transmitidos durante siglos de generación en generación. Cada día estos nombres son más desconocidos y menos nombrados.

Hoy sus vecinos son una biblioteca única e irrepetible para rescatarlos y que no caigan en el olvido.

Los parajes

La Dehesilla. «La memoria de la tierra» en Almodóvar del Pinar (I) 8:47

Fuente de los Santos. «La memoria de la tierra» en Almodóvar del Pinar (II) 12:18

Dehesa de Abajo. «La memoria de la tierra» en Almodóvar del Pinar (III) 13:10

El Almodovarejo. «La memoria de la tierra» en Almodóvar del Pinar (IV) 11:15

El mapa

Los artículos

Cruces sobre cruces. Repaso histórico de Almodóvar del Pinar

De cuando el campo nos hablaba

Una biblioteca en llamas. Los parajes de Almodóvar del Pinar

Mapas históricos

Las entrevistas

Entrevista a Teodoro Monedero y Julio Martínez, memoria viva de Almodóvar del Pinar 29:03

Entrevista a Lorenzo Martínez, la sabiduría de la resina en Almodóvar del Pinar. 32:55

Entrevista a Anastasio Martínez y Paco Ibañez, guardianes de las palabras del paisaje 31:18

Entrevista a Antonio García «El Cuervo», la frescura del recuerdo en Almodóvar del Pinar 18:58

El proyecto

Los parajes del pueblo y sus nombres estaban ligados íntimamente a la vida de sus habitantes y los acompañaban, como escenario de una obra teatral, a lo largo de sus vidas. Formaban parte de esa memoria colectiva que une las distintas generaciones del ser humano y que, como si de un hechizo mágico, otorgaban al espacio y al tiempo un sentido lógico.

En este tiempo cada rincón del territorio tenía un nombre. Unas letras que al unirse mostraban un paisaje que las gentes de su territorio observaban con los ojos cerrados. Estos lugares, junto a su personal título, han sido durante siglos las oficinas, las carreteras, los supermercados, los restaurantes y lugares de ocio de nuestras generaciones anteriores. En estos espacios, como un gran centro comercial a la intemperie, se desarrollaba la vida de las gentes de nuestros pueblos. Todo se encontraba y todo sucedía aquí. Generaciones y generaciones faenadas en las labores agrícolas, la leña, el pastoreo, el agua de las fuentes, las plantas medicinales, meriendas y paseos. Niños y niñas que aprendieron sus nombres en la esponjosa infancia, los maduraron al hacerse adultos y que al acercarse a la edad última, eran tan suyos como sus propias vidas.

Nos encontramos en un punto de inflexión. Un momento donde saberes ancestrales sobre el entorno de cada pueblo ha sido almacenado por tantas generaciones y que hoy, apenas se cuentan con la punta de los dedos. Es nuestro deber salvaguardar esta memoria colectiva que nos fusiona íntimamente con cada rincón de nuestra tierra y que representa a nuestros pueblos, nuestras comunidades y, por ende, a nuestra especie. Y es por ello, el trabajo realizado por Vestal Etnografía en la identificación y protección de esta memoria colectiva en Almódovar del Pinar, municipio de la provincia de Cuenca.